Primero como retrato sutil de una época desdichada, la de la Argentina que se acercaba: la debilidad del gobierno de Isabel Perón, el ascenso de la subversión, la violencia política, los reacomodos en el poder, y finalmente la trágica y sangrienta dictadura amenazante. Y segundo, por su inquietante reflexión sobre la justicia en aquellos tiempos; no es casual que Gómez, un psicópata homicida, sea liberado por un alto funcionario de gobierno para actuar como agente de la represión.
El contexto social argentino es el de los años
‘80, atravesando el gobierno militar, la Guerra de Malvinas, el retorno a la
democracia, la crisis económica y finalmente el menemismo.
“Me pregunté cómo un
tipo tan limitado (Romano) había llegado a ser prosecretario…Su mujer era hija
de un coronel de infantería, y eso en la Argentina de Onganía es un mérito
sobresaliente…”
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